El CEMTA se identifica como una institución de educación evangélica fiel a la Biblia con enfoque anabautista-menonita. Siendo una entidad bíblica, deseamos ver a Dios tal como Él se revela y al mundo como Él lo ve. Él nos reveló su voluntad en su Sagrada Escritura. Ella nos da orientación en todas las preguntas de la vida, de la fe y de todo lo creado. Con el término «evangélica» se describe el corazón de la revelación de Dios: En el Antiguo Testamento ya se vislumbra la Buena Nueva (o la buena noticia) de la salvación por medio de Jesucristo y apunta con ella a la humillación y la exaltación de Cristo. El Nuevo Testamento toma esta obra de salvación como punto de partida y señala la consumación, es decir la restauración de la creación al final de los días. De acuerdo a esto, ser evangélico es pensar, hablar y actuar como Cristo, centro de todo. En el siglo XVI, Menno Simons (1496-1561) y otros anabautistas redescubrieron la visión neotestamentaria de la iglesia a través de un profundo estudio bíblico personal y comunitario. Hans Denck (1500 – 1527) lo resumió de esta forma: «Nadie conocerá verdaderamente a Cristo, sino él que le sigue en su vida». Nuestra institución se declara seguidora de este carácter anabautista-menonita. Una confesión de fe es el intento de llevar las verdades bíblicas fundamentales al presente y al futuro de los seguidores de Cristo. Esto también significa para nosotros que no debemos ignorar el cambio de valores y las transformaciones en el ámbito internacional y nacional. Se requiere de nosotros que no solamente pensemos, actuemos y hablemos del Señor y Salvador Jesucristo crucificado y resucitado sino también con más frecuencia de aquel que vendrá.
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo; la santa iglesia católica, la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna. Amén.
Creemos en la inspiración divina, la unidad sin objeciones, la infalibilidad de la Palabra de Dios y la participación del Espíritu Santo para su estudio y comprensión.
Aceptamos como Palabra de Dios la Sagrada Escritura del Antiguo y del Nuevo Testamento con sus 66 conocidos libros canónicos (2 Tim. 3:16). En conclusión la Palabra de Dios es Jesucristo mismo (Jn. 1). El Antiguo y el Nuevo Testamento se condicionan uno al otro. Él uno no se entiende sin el otro (Jn. 5:46.47; Lc. 24:25- 27.44.45).
Entendemos a la Sagrada Escritura tal como ella misma se ve:ella es el relato múltiple del trino Dios, quien se reveló a nosotros de diversas maneras (Hch. 1:1.2; 2 Tim. 3:16.17); movido por su Espíritu las personas han escrito esta revelación, sin que se haya anulado su propia personalidad. En ello se debe observar, que el Espíritu Santo nos concede una comprensión más profunda de la Palabra de Dios. (2 P. 1:20.21; Jn. 14:26; 1 Co. 2:14).
Promovemos el estudio sistemático de la Biblia bajo la guía del Espíritu Santo, con un corazón y una mente sujetos a la mente de Cristo y sus mandatos, teniendo el propósito de ―entender todo el consejo de Dios…para ser (formar) o reros aprobados y que usan bien la Palabra de verdad. Fil. 2:13-16; 1 Tim. 4:16; 2 Tim. 2:15. Aspiramos a una educación, teológica y musical, que enfoca el servicio como un valor necesario e insustituible en la espiritualidad de cada cristiano e iglesia.
Tener a Cristo como centro de nuestra fe
Creemos que todos los hombres pecaron y que por ello necesitan la salvación del estado de perdición. Esto se realiza a través del arrepentimiento y del nuevo nacimiento (Hch. 2:38). Creemos en la justificación de los hombres por medio de la fe en Cristo y testificamos con ello que es imposible para el hombre salvarse por medio de las obras. La salvación es un don de la gracia de Dios que es concedida al hombre por medio de la fe en Jesucristo (Hch. 16:31; Ro. 5:1). La obra del Espíritu Santo consiste en convencer al hombre de su pecado (Juan 16:8), persuadirlo a la conversión a Dios, morar en él y concederle el poder para llevar una vida que glorifique a Dios. Creemos que la salvación es posible solamente cuando la persona tiene a Jesucristo en su corazón por una decisión libre y voluntaria. 1 Jn. 5:12; Jn. 3:16; 1 Jn. 3.16
Reconocer a la iglesia (comunidad) como el centro de nuestra vida
Creemos en la Iglesia como una comunión de los creyentes en Jesucristo. La Iglesia hogareña, la Iglesia local y la Iglesia universal se complementan y no se contradicen (1 Co. 11:18; 2 Co. 1:1; Mt. 16:18; 1 Ti. 5:16). Practicamos el bautismo en base de una fe personal en Jesucristo, como requisito para ser aceptado como miembro de esa comunidad (Mr. 16:16). Creemos que el Espíritu Santo ha repartido sus dones a cada cristiano para la edificación del cuerpo de Cristo. Buscar, descubrir y ejercitarlos dentro de la iglesia es compromiso de cada uno. 1 Cor. 12:1 ss; Rom. 12:1ss; Ef.4.11ss; 1 Tim. 4:14-15
Practicar la paz/reconciliación como el centro de nuestra tarea
Aunque los tiempos se hagan más difíciles, nosotros queremos esforzarnos, en hacer el bien a todos, mayormente a los hermanos de la familia de la fe (Gál. 6:10). Nos atenemos a la separación entre la iglesia y el estado y nos sometemos a la autoridad, en cuanto esta no se oponga a la Palabra de Dios (Rom. 13; Hch. 5:29). La verdadera paz (Shalom) está fundamentada en el Dios trino y sólo es posible por medio de Jesucristo y la iluminación del Espíritu Santo (Is. 48:22; Jn. 14:27). Nosotros aspiramos la sinceridad y rechazamos el juramento. Queremos amar al CEMTA Prospecto 2015 Página 11 enemigo, hacer la paz sin las armas y vivir de un modo ejemplar (Confesión de Fe de Schleitheim de 1527).
Creemos en la bendición de la obediencia a la Palabra de Dios en vista de la cercana venida de Jesucristo. Entre otros destacamos los siguientes puntos:
1) Como seguidores de Jesús aspiramos llevar una vida de santidad, siendo la Biblia nuestra regla (Hch. 12:14; 1 Tes. 5:21; Hch. 17:11).
2) Nos atenemos al mandato de Jesús, de llevar el evangelio a todo el mundo (Mt. 28:18-20; 1 Tim. 2:4).
3) Creemos que Dios es un Dios para todos los hombres, también para los débiles (viudas, huérfanos, pobres, enfermos, extranjeros, ancianos). También se incluye la protección del no nacido (Sal. 127:3; Sal. 139:13-16).
4) El matrimonio exclusivamente entre un varón y una mujer, es una institución creada por orden de Dios. Por consiguiente es indisoluble. Lo que Dios unió, el hombre no lo debe separar (Mt. 19:6); y quien se casa con una divorciada, éste comete adulterio (Mt. 5:32). También rechazamos las prácticas que van en contra de Dios, tales como fornicación, homosexualidad y lesbianismo (Rom. 1:18ss; 1 Cor. 6:9s).
5) Delante de Dios todos los hombres tienen el mismo valor, pues Él los creó. Pero como Dios les concedió diferentes dones, también les corresponden diferentes deberes. Lo mismo vale también para el área de responsabilidad del ser hombre y del ser mujer (Gen. 2:18; Ef. 5:22ss; Gál. 3:28; 1 Tim. 2:12-14).
6) Sabemos que la creación, como está hoy, ya no es más el paraíso. También sabemos que Dios va a crear un cielo nuevo y una tierra nueva al final de los tiempos. Nos atenemos al mandato original de Dios de labrar y guardar esta tierra (Gén. 2:15; Rom. 8:19ss).
7) Creemos que no puede existir un desarrollo automático hacia un reino de paz mundial sobre esta tierra. Rechazamos todos los intentos de unificación, que tengan como meta la tecnocracia, la humanización o incluso la demonización de esta tierra (Ap. 13).
8) Creemos que la historia de Dios con Israel aún no está concluida (Rom. 9-11). 9) Creemos que será necesario a través de muchas tribulaciones entrar en el reino de Dios (Hch. 14:22). Solo el que venciere, heredará todo lo que Dios ha prometido (Ap. 21:7).